El PRP es un tratamiento que generalmente dura menos de 30 minutos. Dado que se usan agujas muy finas, casi no se produce ningún sangrado. Como el procedimiento usa las propias sustancias de su cuerpo, es comparablemente seguro y bien tolerado.
La belleza que viene desde adentro.
Rápido, bien tolerable, 100% de las propias sustancias del cuerpo.
En el PRP el médico extrae 15 ml de sangre de usted para aislar las plaquetas (trombocitos). Se usa un dispositivo médico y una centrífuga para realizar este procedimiento.
Luego los inyecta en el sitio de tratamiento (por ejemplo, su cara, su línea del cabello) para estimular los propios procesos de regeneración del cuerpo.
Las plaquetas contienen factores de crecimiento que promueven la producción de sustancias conservadoras de células, como el colágeno y el ácido hialurónico.
La forma en que las plaquetas cierran la herida y estimulan la curación también estimula la regeneración y el metabolismo celular.
- Sustancias propias del cuerpo, por lo tanto, comparativamente seguras y bien toleradas
- Bella apariencia “natural”
- Efecto natural
- Fácil y rápido (30 min.)
- Posibilidad de combinar varios tratamientos (por ejemplo, láser) con plasma rico en plaquetas
- Piel madura o envejecimiento de la piel
- Alopecia (hereditaria y no hereditaria)
- Cicatrices
- Heridas (crónicas)
Indicaciones y contraindicaciones del tratamiento con PRP
El tratamiento con PRP está indicado en los siguientes casos:
- Patología degenerativa de cartílago (condropatías y lesiones condrales leves)
- Tendinopatías crónicas rebeldes a otros tratamientos.
- Lesiones musculares (rupturas parciales).
- Lesiones meniscales no tributarias de meniscectomía y síndromes postmeniscectomía.
- Entesopatias (epicondilitis y epitrocleitis)
- Lesiones ligamentosas con dolor crónico.
Antes de realizar un tratamiento con PRP, debemos considerar el momento más adecuado para su aplicación. Hay que pensar que lo ideal es realizar un tratamiento inicial conservador, consistente en reposo, antiinflamatorio, con ejercicio controlado, y fisioterapia para restablecer la función articular. Si esto fracasase o persistiese la sintomatología, es cuando se puede valorar el tratamiento ortobiológico y, entre ellos, el uso del PRP. El tratamiento con PRP debe ir acompañado de una fisioterapia bien dirigida.
Puede ayudar también a conseguir mejores resultados en algunas cirugías, como pueden ser las ligamentoplastias. Con la aplicación de las técnicas de biología regenerativa, se puede conseguir disminuir el número de cirugías y secuelas secundarias a las lesiones.
El tratamiento con PRP puede tener las siguientes contraindicaciones:
- Algunas coagulopatías
- Infecciones activas
- Neoplasias en las que no es posible aplicar el tratamiento y existe normativa legal, según Comunidades, que hay que cumplir. Por ello, el paciente debe ser valorado por el médico responsable de la aplicación del tratamiento, que será el que tome la decisión definitiva consensuada con el paciente.